20 de febrero de 2012

10 Cosas de...


10 Cosas de las que hay que deshacerse el 2012
  1. La apatía cívica. Si, tiremos a la basura la apatía que nos genera todo lo que no funciona en este país. ¿Calles con baches, alcantarillas de las que sale agua, burócratas que nos tratan mal, edificios construidos en zonas en las que no existe ese uso habitacional? No nos quedemos callados.  Quita tiempo ser ciudadano comprometido, pero vale la pena a largo plazo. ¿Se acuerdan del país que nos heredaron? ¿Quieren heredar uno peor a las futuras generaciones?
  1. Indiferencia por lo que sucede en el mundo. Señoras y señores, les tengo una mala noticia. Formamos parte del planeta y lo que pasa en Bucarest o en el Sahara, nos afecta. Tal vez no hayas pisado suelo brasileño en tu vida, y tal vez no lo vayas a pisar, pero formamos parte de un todo, y lo que le afecta a un país en términos económicos, políticos o medioambientales, nos afecta a todos. ¿O eres de los que piensan que esa basurita que tiraste a la calle a nadie le afecta?
  1. Adjetivos que descalifican. Cambiemos adjetivos por ideas y propuestas. No se a ustedes, pero a mi me tiene FASTIDIADA leer en las redes sociales, en los periódicos, escuchar en la radio, ver en los noticieros y en las conversaciones de sobremesa adjetivos y más adjetivos. Parece que las neuronas que generan ideas se nos han agotado a los y las mexicanas y nos sentimos orgullosos de poner adjetivos a la realidad y a la gente que nos rodea. “Fulano es un o una idiota”, “Pésimo candidato”, “Es un animal, no sabe hacer ni decir nada”. Por supuesto, hay personas que se lo han ganado a pulso, pero sumarnos a la “idiotización” nacional no contribuye ni a cambiar la realidad ni a elevar la calidad de las discusiones.  Un pequeño gran cambio puede ser cambiar un adjetivo peyorativo por una idea o una propuesta, aunque parezca imposible.
  1.  Violencia. Si, hay que deshacerse de la violencia en todas sus manifestaciones. Existe la evidente: la que deja huellas físicas y emocionales. El maltrato físico a las personas, a los animales: esa es obvia, existe y a veces resulta tan cotidiana que ya no nos sorprende. Hay que deshacerse de ella. Propongo incluir, además, la violencia que también ejercemos todos desde nuestro pequeño mundo. ¿No te consideras violenta o violento? Te invito a que realmente te observes y veas si no ejerces violencia, aunque sea silenciosa, en tu entorno.  ¿Te enojas con alguien y no le diriges la palabra? ¿Estás de malas y tratas mal al mesero que te atendió? ¿Te le cerraste a un coche porque te molestó que tratara de rebasarte? ¿Te cae pésimo tu jefe y hablas mal de él o ella a sus espaldas? ESO también es violencia, y con ella contribuyes a fortalecer la espiral de la violencia en la que vivimos. Hay pequeñas acciones que hacen grandes cambios cotidianos. ¿Qué tal cambiar una mentada de madre por una sonrisa? Nadie dijo que fuera fácil….
  1. Indiferencia consumidora. ¿Qué es esto? No encontré otra manera de llamarle a la indiferencia que nos genera que nos den malos servicios, nos vendan cosas caras que no lo valen, queden de darnos una cosa cuando compramos y recibamos otra. Los mexicanos somos los reyes de la queja, y en efecto, en un entorno institucional en el que se ha vuelto irracional exigir porque lo racional es transar ya que lo contrario implica una enorme pérdida de tiempo…dejar de ser así resulta complicado. Pero ¿hemos ganado algo con sólo quejarnos? Empecemos a exigir buenos servicios, denunciemos, acusemos cuando corresponda con nombre y apellido, hagamos propuestas, informemos. Invirtamos un poco de nuestro tiempo en la construcción de una cultura de rendición de cuentas.
  1. Falta de solidaridad. La apatía e indiferencia nos han vuelto poco solidarios de manera cotidiana. En las grandes tragedias sumamos esfuerzos, a veces, pero de manera cotidiana somos ciegos a las necesidades ajenas. Transformemos la cultura de la caridad por una cultura de solidaridad y compromiso. ¿Qué tal empezar el año con el compromiso de dedicar un par de horas (con día y hora concreta) a apoyar a alguien, una causa, una asociación en un tema que nos resulte de interés? Tal vez alguien puede dar tiempo, tal vez otra persona puede dar dinero, tal vez alguien más puede donar algo. No sé qué les interesa, qué causa les apasiona o qué asunto les mueve el alma. Si, ya sé, hay muchas cosas que el gobierno debiese resolver…pero el hecho es que no lo ha hecho y nosotros podemos contribuir con un grano de arena a mejorar la vida, educación o derecho a tener un futuro de muchas personas y seres en nuestro entorno. ¿Creen que dar un poco de si mismos les hará perder algo insustituible en sus vidas?
  1. Ignorancia sobre la brecha digital. Esto no puede faltar en el basurero. La brecha digital en el mundo, en México, entre grupos, regiones y sexos no se está acortando, a pesar de que existen los recursos para trascenderla. La brecha digital es un tema que debiese interesarnos a todos y todas en el mundo y en el país. Las herramientas digitales no son la panacea, estoy de acuerdo, pero son eso, instrumentos que permiten conectar a las personas, a comunidades, a países para intercambiar no sólo experiencias, sino servicios, productos financieros, facilitan el intercambio y la conectividad. En un país como México, cuyas PYMES generan más del 70% de la mano de obra…que menos del 25% de las mismas tengan acceso a Internet y a las nuevas tecnologías no es una curiosidad….es un gravísimo problema. Entender el problema de la brecha digital, que afecta además a las mujeres de manera especial por su falta de conocimiento sobre el tema y por el acceso a las herramientas digitales entre otras razones, es el primer paso para solucionarlo. Hay que poner el tema de la brecha digital y la accesibilidad sobre la mesa de debate nacional. Quienes estén leyendo esto claramente no pertenecen al grupo de los afectados, pero si pertenece al grupo de quienes pueden hacer una diferencia. ¿Estás dipuesto/a?
  1. Falta de rendición de cuentas. Esta es otra joyita que propongo tirar a la basura.  ¿Sabes quién es tu diputado/a federal, senador/a o representante local? La mayor parte de los mexicanos no lo sabe, ni le importa. Te propongo que busques a tu representante, conozcas su correo electrónico (mínimo) y le mandes correos, hagas preguntas, cuentes en las redes sociales lo que te responden, si es que lo hacen. El próximo año seguramente muchos dejaran de atender pues estarán preparándose “para la grande” con sus equipos…pero seguirán cobrando sueldo. Será un buen momento para exigir que informen, contesten y que desquiten el sueldo que les pagamos. Si no lo hacen, también es justo que sepamos los ciudadanos que no lo hacen por estar atendiendo prioridades partidistas y no ciudadanas. (Aquí pueden consultar el Directorio Legislativo.) La rendición de cuentas tiene dos caras: la de quién debe rendir cuentas y la de quién solicita información. Como ciudadanos, es nuestra responsabilidad exigir, rendir, conversar, educar(nos), informar sobre ello.  El silencio jamás ha sido aliado de la transparencia.
  1. Improvisación.  México es un país repleto de gente talentosa que ha demostrado una gran creatividad y capacidad de improvisación. Esta tiene su encanto, hay que reconocerlo, pero hemos llegado a un punto tal que hemos perdido competitividad en el mundo y nos hemos convertido en observadores apesadumbrados del acontecer. Cambiemos la improvisación por la planeación, la investigación y las decisiones fundamentadas.  Dejemos de improvisar nuestra manera de hacer negocios, hacer propuestas, construir alianzas, construir el futuro y empecemos a pensar seriamente en lo que estamos haciendo y en el país que queremos construir.  Lleva tiempo e implica invertir tiempo en esto. Paradójicamente, lo único que parecemos no tener es tiempo y es lo que debemos invertir para hacer una diferencia.
  1.  Mal humor. La vida es corta y el olvido largo como para tomarnos tan en serio que olvidemos sonreír.  Ya sé, sonreír y ser feliz le parece a muchas personas sinónimo de superficial, y en estos lugares serios de gente seria, el ser mal encarado puede observarse como sinónimo de inteligencia y profundidad. Si el proponer buscar una sonrisa en lugar de un ceño fruncido y tratar de generar alegría como manera de andar por la vida en lugar de asociarme con al club de la mala cara me hacer superficial, lo asumo. Ni modo.  A sabiendas de ello, propongo darle buena cara a los retos que seguramente nos llegarán en el 2012 y encontrar razones suficientes en nuestro universo cotidiano para seguir adelante.

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